RETRO.Modern.TOY... The activity of creating new forms, compositions of matter, devices, or processes, or to the products of this activity. Some inventions are based on pre-existing forms, compositions, processes or ideas. Other inventions are radical breakthroughs which may extend the boundaries of human knowledge or experience. Art is the process or product of deliberately arranging elements in a way that appeals to the senses or emotions. It encompasses a diverse range of human activities, creations, and modes of expression, including music and literature. The meaning of art is explored in a branch of philosophy known as aesthetics. This Blog is created in order to inspiring creativity in your mind. This is for your inspiration, and designed as your inhalator in a view of fashion, music, art, sex, photography and design. Defend culture. Use the human abilities to make a better world. Love all the cultures. Hipster lifestyle. Keep dreaming. Keep your heart alive. Keep you mind awake. Keep your critical opinion. Criticize and revolucionize this world. Keep your self true. Keep your mind out of all the manipulated world. Keep yourself human. Break frontiers. You only have one life. Do something that is worth it. RETRO.Modern.TOY. do not own the copyrights of published material. This might be a homage to the artist and the artist material. Please, contact us if you have regards about the publications. Creativity is not only the inocent spontaniety of the youth and the childhood, it must also be accompanied by the passion of the adult, wich is the passion that lives beyond the death. ...Les petits aviateurs qui rêvent. By Hacomar Diepa Perdomo.





Saturday, April 3, 2010

Memorias de un viernes cualquiera. (Viernes-Noche, ya sabado)

Buenos noches o buenas días. Según lo que uno tenga. Eso le dije al taxista, al bajarme del taxi, que me devolvió a mi morada.

En primer lugar, decir que estas pocas palabras que he escrito hasta ahora me ha costado un inmenso trabajo; lo demuestra las veces que he tenido que borrar y volver a escribir algunas letras mal puestas (suerte al corrector automático de Google Chrome, letras incontables diría yo); sería un milagro que mi narrativa tuviera algún valor.

En segundo lugar, decir que siento mi cabeza en mil direcciones, aunque me resulte sugerente el cosquilleo que siento al pulsar las teclas, para escribir las cosas que estoy diciendo, a su vez, en voz alta. Todo de sopetón. Tengo un buen mareo que no he sentido nunca en Lanzarote a causa de salir de fiesta. Todo he de admitirlo. Claro está que sí que lo he sentido en mi estancia universitaria fuera de mi querida isla, aunque no sublime en lo académico (sobre ésto pienso que todo llegará en su momento, porque las ganas de hincar los codos sobre la mesa no me faltan).

En tercer lugar decir que se me acaba de olvidar lo que quería poner.

En cuarto lugar, reconozco que escribiendo lo anterior lo acabo de recordar.

En quinto y último lugar en ésta introducción(se me va a hacer grande la introducción, disculpenme de nuevo si este texto carece de valor) no pienso borrar o corregir nada de estas palabras, una vez que esté mi cerebro dentro de mi cráneo, mañana. Lo hecho, hecho está. No hay marcha atrás.

Así comienzo a transmitir mis sensaciones de un viernes noche, ya sábado.

Por mucho que digan que salir en cada respectiva zona donde uno reside en época universitaria es mucho, y cuando digo mucho, es mucho... Siempre da gusto salir en donde te criaste. Está es mi Tierra. La que me vio nacer y crecer. Y la que vio mi primer trago tímido de alguna bebida alcohólica. Me encanta salir a la típica zona de marcha de toda la vida. Admitiré que ver a las personas que ves siempre en la típica zona de fiesta me da seguridad. Los típicos en la típica zona de marcha. Y esto no lo digo, ni muchos menos, en tono peyorativo.

En esta ocasión, me reuní con algunos amigos, que a su vez son ex-compañeros de clase de toda la vida. Risas, no diré muchas, simplemente risas; dado a que más de uno tubo que abandonar la aventura a causa de intentar demostrar que puede beber en gran exceso sin consecuencias. Como siempre, eso del gran exceso sin consecuencias quedará en mito. El grupo se fue deteriorando poco a poco asta que me vi sólo. No importa, esto es Lanzarote, siempre hay amigos, conocidos, amigos de amigos, y conocidos de conocidos. No importa hoy.

Hoy no importa, me lo he pasado típicamente bien. No bien exceso, ni mucho menos especialmente. Pero bien.

Cada vez que siento el cosquilleo de las teclas más, creo que se me va nivelando la cabeza. Pero dirijo la vista en alguna dirección más lejana, y todo queda en una falsa calma.

Hice el ridículo en el Divino Doblón. No importa. Quedé algo mal en el Divino Doblón. No importa. ¿Qué más da? ¿Acaso le he hice daño a alguién?

Un rotundo no, eso pienso. No importa.

Reconoceré que se me fue la cabeza en algunos momentos de la noche. Pero no hice mal ha nadie. Y si cabe el caso que lo hice, diré lo siento. Pero no me arrepiento.

De lo único que puedo arrepentirme es de no haber estrechado lazos con alguna mujer bella. Lo reconozco. ¿Pero qué sentido tiene, si dentro de dos días estoy fuera de nuevo? Tampoco es que yo sea un Don Juan o un "buscón", pero lo que cuadra siempre apetece y te da felicidad.

Pero esto último tampoco importa. Me lo pase típicamente bien, en la típica zona de marcha, con la típica gente.

En definitiva, sentí cierta seguridad al ver caras conocidas. ¡Qué coño... me sentí agusto! Dije algunos disparates a algunas caras conocidas, pero reitero, no importa. Yo estoy bien.

Eso es lo que tengo que decir del periodo fuerte de la noche.

La vuelta a casa se caracterizó por la falta de dinero suelto en la cartera y la charla con el taxista. No hay nada como hacer uso de un cajero automático mientras te tambaleas. Y no hay nada como tener que repetir la operación dado a que uno le da a NO cuando el cajero automático le sugiere si quiere continuar la operación pese a que vaya a cobrar comisión. Una vez en el taxi, nada más meterme en él y decirle mi destino, el taxista me pide, ante mi tímida y embriagada complejidad, el dinero que supondría el trayecto. El me cuenta cómo se siente avergonzado por llegar a eso, pero es que muchos se la han jugado ya, jovenes de hoy en día, risueños de barriadas cargadas de pocas esperanzas. Alguna o algunas experiencias de persecuciones a sus estafadores me contó, pero yo no recuerdo concretamente, ni correctamente. Sí que recuerdo que repetía constantemente mi postura. La juventud antes por lo menos tenía respeto y sentido común, aunque no pudisen acceder a la educacíon ni culturizarse muchos: y ahora, cuando nunca ha tenido tantas posibidades, la juventud no tine ni respeto, ni sentido común, ni educación, ni cultura. Este es el camino que escoje la isla. Subvencionar más hormigón y menos cultura. Eso le dije repetidas veces, más o menos, en un tono que le escandalizaría.

Entro sigilosamente en casa. El sigilo se queda en nada cuando enciendo la televisión a la vez que me meto en la boca lo primero que veo. Que sed tengo. Entro en mi cuarto y me encuentro el ordenador encendido. Quiero sentir el cosquilleo de las teclas parece.

Me siento en parte bien ahora porque no me he "embajonado", cosa que no he hecho nunca, ni aspiro.

Pués así concluyo este texto. Diciendo que disculpenme si se pueden observar algunos errores, fallos narrativos, o disparates. De eso último no falta.

Yo, hoy he desnudado mi mente embriagada en esta entrada, que no pienso tocar. Simplemente pasaré la vista por encima y cogeré lo que pueda coger.

Sín decir más, desear buenas noches o buenos días, según lo que uno tenga.









Hacomar Diepa Perdomo.