Y qué me queda...
Algo frío. No frío como helado. Pero algo que me atrevo a decir frío. Nubes grises, aunque sea lo típico y lo fácil. Por mucho que otra S recorra mi cuerpo, aparecen los silencios incómodos. Silencios difíciles de romper, aunque por conformismo, por falta de compromiso,por algo que no me explico, o por eso que habita siempre en el ser humano y llamamos miedo, no queremos interrumpir. Aunque nos sintamos despreciables no tratamos de romper los silencios incómodos. Sí, son silencios incómodos intocables que no rompemos por miedo. Maldigo la cobardía, nada ha puesto tantos aranceles a un cuerpo desnudo. Después del acto sólo nos queda el silencio amigo, porque el acto es lo que esperábamos, lo siguiente a él no, por lo que siempre nos quedará el silencio. Silencio y una humedad desagradable en el cuerpo. Nubes grises, aunque sea lo típico y lo fácil.
Hacomar Diepa Perdomo.
